ALMA DE TORERO, CORAZÓN DE CABALLERO

ALMA DE TORERO, CORAZÓN DE CABALLERO
PUSH THE PICTURE MAN!

June 4, 2011

ARAGÓN SPORT - JORGE VENTURA VIEJO

Fuente: http://www.aragonsport.com/noticia.asp?ID=5916&TemaGrupo=1

Un futbolista aragonés en Estados Unidos
31/05/2011 | Más fútbol
Víctor J. Rodríguez, Zaragoza

Jorge Ventura, de 24 años, ha pasado las dos últimas temporadas jugando en el North Carolina Wesleyan, equipo de la categoría de la NCAA, de la universidad de Carolina del Norte.


“Tenía entre ceja y ceja conocer EEUU y el fútbol era mi único camino”, afirma Jorge Ventura, uno de los pocos futbolistas aragoneses que han llegado a jugar en algún equipo estadounidense. “Yo creo que soy el único aragonés en jugar al soccer y acabar una carrera en EEUU”.

Jorge, un deportista de mundo, amante de las nuevas experiencias, de los viajes y todo lo que ello conlleva, saltó al otro lado del Atlántico para cumplir uno de sus sueños y, además, dar un importante paso en su carrera como futbolista. Ha vivido en Carolina del Norte, donde ha terminado su segunda carrera, la de Administración y Dirección de Empresas, después de licenciarse en Publicidad y RR.PP en Zaragoza. “Desde crío quería conocer la vida universitaria americana, además es la principal economía del mundo y el cine me vendió mi forma de ver este país de forma espectacular”.

La NCAA es el sistema deportivo universitario principal del país. Jorge cuenta que “es la cantera de la mayoría de deportistas profesionales de las distintas disciplinas y tiene sus propias normas de funcionamiento y, en ocasiones, incluso cambia el juego. Por ejemplo, en soccer, como ellos lo llaman, ponen el tiempo cuenta atrás y substituciones ilimitadas”.

Formado en las categorías inferiores del C.D.Oliver
Jorge Ventura representó al Oliver desde la categoría de Infantil. Jugó en las categorías de División de honor Cadete, Liga Nacional Juvenil, División de Honor Juvenil y, en el primer equipo, en la categoría de Regional Preferente. Al acabar juveniles, hizo la pretemporada con el Girona, actualmente en Segunda, cuando estaba en la Tercera catalana. Entre los aragoneses, también vistió los colores del Zuera y Villanueva de Gállego mientras terminaba su primera carrera ya que estudiaba en la Universidad San Jorge, situada geográficamente junto estas dos localidades.

Ya había vivido un año en Italia, de Erasmus, por lo que, en sentido familiar, su adaptación a la vida estadounidense fue más fácil, pero “América es otro mundo distinto a Europa y más Carolina del Norte, que es de lo profundo del país”. Además, cuenta que “pronto me junté con los estudiantes internacionales aunque también hice alguna buena amistad con norteamericanos”.

En lo estrictamente deportiva, afirma que “el nivel viene a ser algo parecido a la Tercera aragonesa, pero solo con los jugadores sub 24. Para algunas cosas te tratan más profesionalmente, como en instalaciones y material. Sobre el juego en sí, hay jugadores con una calidad similar aunque tácticamente suelen ser desastrosos a pesar de que son muy responsables y disciplinados”. Relata que las plantillas, que son bastante más extensas, “están plagadas de jugadores extranjeros. En mi equipo había más de 50 jugadores y sólo había 4 americanos de origen puro”.

Tuvo minutos y competencia

Jorge relata que pudo disfrutar de minutos “a rachas, a veces demasiados y otras veces no tantos”. Y es que en su equipo, no solo en su posición, la de mediapunta, la competencia no era sencilla, “Había internacionales de muchos países. Durante mis dos años allí me encontré con un centrocampista de la sub-20 de Nueva Zelanda, otro algo más ofensivo de la sub-21 de Bolivia, un extremo izquierdo de la sub-20 de El Salvador, un mediapunta ghanés que había jugado con las inferiores de USA y el DC Academy, un alemán bastante flojo, o un guatemalteco, de mis posiciones también, que también venía del DC Academy”.

Pero no era el único español, también había “un asturiano que había jugado en Tercera y un gallego muy técnico, también mediapunta como yo, con el que me encantaba jugar”.

Algunos de sus compañeros gozaban de cierto prestigio como futbolistas. “El año anterior a llegar yo había jugado Andreas Laudrup en mi equipo (el hijo de Bryan Laudrup), también solía visitar la universidad Futty Danso, un ex jugador de la North Carolina Wesleyan College que ahora juega en los Portland Timbers de la Major League Soccer (la Primera División de EE.UU.) y venía a entrenar con nosotros. También estaba elhermano de Piotr Tchocrowski, un fijo de la selección alemana absoluta. De cierta proyección también estaba mi mejor amigo allí durante el segundo año, un defensa islandés de 23 años que se graduó conmigo y había jugado partidos de UEFA”.

El trato con sus entrenadores fue dispar. “Con el 2º entrenador, que actualmente ha sido ascendido a primero, mi relación es fantástica; me daba libertad y confianza futbolística. Con el entonces primero no compartía tantas cosas”.

Además, Jorge no compartía la forma de trabajar que impera en el fútbol estadounidense. La base de los entrenamientos era “mucho gimnasio y correr. Los entrenamientos eran largísimos y a veces perdían intensidad. A mi gusto, en ocasiones, estaban mal planificados”. Además, Jorge chocó con los horarios de los mismos. “Un entreno de 3 horas a las 6 de la mañana no tiene lógica”.

Además, las pretemporadas son “durísimas, de 6 a 8-9 entrenamiento y luego, de 4 a 6-7 de la tarde, otra vez durante 2 o 3 semanas y se mezcla con clases en la universidad por lo que iba muy agobiado. El fin de semana, también se entrena y se juega”.
 
Buenos resultados

Su estancia allí ha coincidido con dos años buenos para su equipo. “El primer año quedamos segundos en la liga regular de la Conferencia Sur y perdimos la final de play-off. El segundo ganamos la liga regular pero perdimos nuevamente la final”, por lo que se quedó con las mieles del triunfo.

Además, su particular estilo de juego le dio opciones para poder continuar jugando allí. “Un agente canadiense licenciado por la FIFA me ofreció su representación a un 10% y tenía contactos en la zona”. Sin embargo, “no me quedé por mi familia, porque no me gusta el estilo de vida americano y porque el fútbol es en Europa donde se cuece realmente”.

Ahora está a expensas de su agente, quien está intentando colocarle en algún equipo europeo. Además, quiere “seguir soñando, creciendo y mejorando y, sobre todo, ser yo mismo y dar lo máximo de mí”.

Recuerdos 
Después de dos temporadas, recuerda con especial cariño “un partido que jugué el primer año, en un estadio bastante grande en Greensborough, el que jugué bastante bien. Fue mi primer partido en un estadio más bien grande en Estados Unidos, hacia buen día, hubo mucha parafernalia americana que me impactó en aquel entonces”.
Obviamente, recomienda a cualquier futbolista con ganas de viajar y vivir experiencias a que se lance a hacer lo mismo que él ha hecho en EE. UU, ya que opina que esta experiencia sirve de “desarrollo y evolución como hombre, futbolista y estudiante”.

Y, haciendo una comparación con el fútbol estadounidense y el aragonés, tiene la opinión de que en el fútbol regional de aquí se “debería poner entrenadores con un nivel cultural, intelectual y formativo muy superior. Que tengan ciertos valores que puedan inculcar a los futbolistas para que, al menos, no trunquen la trayectoria de los chavales que realmente pueden ser verdaderos caballeros y futbolistas, ya que no hay tantos de talento”.

HERALDO DE ARAGÓN - JORGE VENTURA VIEJO

Fuente: http://www.heraldo.es/noticias/deportes/1599d_sueno_futbol.html

FÚTBOL

Sueño de fútbol

J. MERCADAL. ZARAGOZA28/05/2011 a las 06:00


Con 24 años y tras haber finalizado dos carreras universitarias, Jorge Ventura persigue por el mundo su ambición de convertirse en futbolista profesional.

El futbolista Jorge Ventura.ASIER ALCORTA
El fútbol es el deporte más popular del mundo. Una pasión en torno a una pelota y dos porterías capaz de alimentar sueños tanto en niños y mayores. Es el caso de Jorge Ventura, zaragozano de 24 años que, tras haberse licenciado en Publicidad y Empresariales, ha decidido perseguir la ilusión de su vida, ser futbolista.

Formando en la cantera del Oliver, donde jugó 10 años y pasó por todas las categorías, desde infantiles hasta el primer equipo, ha decidido emigrar para tratar de lograr su ansiado objetivo. Un viaje que le llevó a Estados Unidos y que espera que continúe en Hungría, donde ha firmado con un agente y está a la espera de que finalice la competición local para ingresar en algún club. «Veía que en la Tercera División aragonesa corría el riesgo de estancarme y me salió la oportunidad de ir a jugar a una universidad norteamericana. No me lo pensé y estoy muy satisfecho con la experiencia. De hecho, creo que me ha valido más que el haber jugado, por ejemplo, en el Zaragoza B», afirma Ventura.

La competición universitaria estadounidense está dirigida a alumnos menores de 24 años, una circunstancia que hizo que Ventura, que emigró tras haberse licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad San Jorge, solo pudiese jugar una temporada. «Ha sido duro porque en dos años me he sacado una carrera que está pensada para cuatro. Además, trabajé de profesor de español y monitor de gimnasio para ganar algún dinero extra. Sin embargo me ha valido para conocer en profundidad el país, aprender inglés y abrir la mente. Creo que es importante formarse como persona y adquirir una cultura», reflexiona.

Nivel parejo
Su aventura americana se desarrolló el North Carolina Wesleyan College, una institución radicada en la tercera división de la NCAA. «Se cree que el nivel en EE. UU. es bajo pero hay muy buenos jugadores. Los niveles se distribuyen más por cuestiones académicas que deportivas. Por ejemplo, mi mejor amigo era internacional sub 21 por Finlandia. En mi caso, el problema fue que cuando comencé no conocía el idioma bien», explica.

Un fútbol emergente del que no duda en destacar el desarrollo físico de los jugadores. «Las instalaciones son increíbles y, aunque juegues en una universidad pequeña, cuentas con material deportivo similar al de un equipo profesional. Llevan el seguimiento personal de cada futbolista y te hacen planes de entrenamiento individuales. Yo he ganado mucha masa muscular y ahora puedo ir al choque sin miedo», relata.

Futuro profesional
Tras haber jugado por una beca de estudios, ahora le toca afrontar el mercado profesional. «Con 24 años me han llegado a decir en Zaragoza que ya soy viejo para escalar más allá de Tercera. Por eso me quiero marchar. Me voy a dar un margen de dos años para tratar de conseguir mi sueño, ver mundo mientras juego al fútbol», resalta.

Para ello, ya ha firmado con un agente que le ha prometido un contrato en Hungría. «Tras mandar mis vídeos, currículo y demás a todos los sitios me he decantado por la oferta más seria. Hubo un ojeador canadiense que quiso mantenerme en el mercado norteamericano pero no me gustó mucho su estilo de vida», finaliza a la espera de iniciar su periplo como trotamundos del balón.